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Ventrue
METATRAMA MÁLAGA. PARTE 5. Siglo de Oro y Ocupación Francesa.
Metatrama V
El Siglo de Oro
Miguel Sotomonte, del clan Ventrue, fue el tercer gobernante. Este sí pareció que tomaba las riendas de la ciudad llegando incluso a comenzar la construcción de la catedral de Málaga el año 1528 como símbolo de hegemonía y fervor cristiano.Sin embargo, el gobierno de Sotomonte tampoco fue duradero. Ávido de conquistas y poder se unió a la campaña contra Túnez abandonando la ciudad sin nombrar sucesor alguno.
Málaga aguantó la ausencia de gobernador durante una considerable temporada. Los cainitas, tras los nombres de las familias burguesas de la región, tomaron sus propios dominios, explotaron sus tierras y comenzaron negocios que hicieron prosperar la ciudad. El problema de esta situación radicaba en la falta de unión de la Estirpe; aunque el puerto y los negocios prosperaban, la ciudad permanecía descuidada, políticamente hablando.Este desgobierno fue patente e incitó a los vástagos musulmanes, que aún permanecían en la provincia, a levantarse contra el gobierno cristiano. En 1568 se produjo el levantamiento morisco en la serranía de Málaga. Un conflicto que llegó a suponer un peligro real hasta el punto de necesitar la intervención de los tercios para sofocar a los insurgentes.La amenaza de los vástagos musulmanes y su levantamiento, junto a epidemias y sucesivos desbordamientos del río, dejó patente los peligros a los que se enfrentaba la ciudad debido a la falta de cohesión entre los habitantes cainitas.
Era una Nosferatu, llamada Helena Ortega, la que toma papeles en el asunto del abandono de la ciudad, se hace con la regencia a base de extorsión y amenazas de airear secretos de los vástagos de la ciudad y utiliza su nuevo puesto para mejorar la infraestructura de Málaga.
Poco a poco pero con buen paso Helena consigue mejorar la ciudad con proyectos como la ampliación del puerto, la construcción del acueducto de San Telmo y la continuación de la construcción de la catedral. Pero el buen hacer de la Nosferatu se ve truncado con el regreso de uno de los que fuera regente en el pasado. La llegada del Ventrue Miguel Sotomonte desestabiliza el gobierno, dividiendo la población vampírica entre los que apoyan a Helena y los que apoyan al antiguo regente.Helena es la que acaba con un largo conflicto que amenaza con acabar todo su trabajo. Se reúne con Sotomonte y acuerda dejar el cargo, a cambio de que se continúen los proyectos que están por concluir y añadiera varios ya planteados. El Ventrue accede, y aunque Helena se queda en segundo plano, unos meses después, desaparece misteriosamente.Poco después de su ascenso como gobernante de la ciudad, Miguel Sotomonte se adhiere a los preceptos Sabbat, declarando Málaga fiel a la Secta tras convencer al resto de la población vampírica de la ciudad.
Ocupación Francesa en Málaga
Las fuerzas de Ocupación Francesa hicieron acto de presencia en Málaga en el año 1810. Las fuerzas españolas hicieron frente a las invasoras en Teatinos siendo estas últimas las vencedoras y por lo tanto ocupando la ciudad a la que impusieron una desorbitada multa a causa de la resistencia. Desde ese momento la ciudad fue francesa, sin embargo esto no quería decir que lo fuera toda la provincia, ya que muchos hombres, de distinta procedencia y posición social, se echaron al monte dispuestos a enfrentar al invasor del modo que fuera.Así se extendió por la serranía de Málaga la guerra de guerrillas. Los patriotas se armaron y organizaron para luchar contra los invasores, y aunque sus victorias no fueron decisivas consiguieron provocar un importante desgaste entre las filas y recursos franceses hasta su definitiva retirada de la provincia.Con la entrada de las tropas francesas también lo hicieron los miembros de la Camarilla de este mismo origen. Un grupo de vástagos se instaló en la ciudad bajo el principado de Pier Mattie, un principado que fue mucho más difícil del que esperaban.
La Camarilla combatió al Sabbat de la ciudad con la ayuda del ejército francés, pero el enemigo no fue destruido completamente y este, como hicieran los humanos, se retiró a las zonas rurales desde las que poder planear un contrataque. El Sabbat combatió y saqueó a lo largo de la serranía bajo el nombre de bandoleros como la Bruja de Alfarnate, pero hubo un hecho que cogió por sorpresa tanto al Sabbat como a la Camarilla francesa. Un grupo de miembros de la Camarilla de origen español se levantó en armas, pero no contra el Sabbat sino contra la propia Camarilla invasora.Se produjo un hecho extraño durante este tiempo, uno que acabaría llamándose la “Extraña Alianza”. No hubo reunión, pacto o conversación alguna entre los patriotas de la Camarilla y el Sabbat, sin embargo ambos bandos luchaban contra un mismo enemigo. Hay registros de ataques a las fuerzas francesas por toda la serranía, tanto por parte de unos como de otros, a veces casi simultáneos, pero no se sabe de ningún enfrentamiento entre patriotas y Sabbat.
Finalmente las fuerzas francesas se vieron obligadas a retirarse de la provincia y con ellas los propios vástagos de la Camarilla abandonaron la ciudad, ante esto el Sabbat acudió raudo a reclamar su gobierno, con Esteban Dómez a la cabeza, restaurando de nuevo el dominio de la Secta en la provincia. Los patriotas por su parte, debido en gran medida por su escaso número, no pudieron hacer nada contra el restaurado gobierno Sabbat y se vieron obligados a seguir en la serranía, esta vez combatiendo al eterno enemigo.Tras la retirada de los franceses, Málaga está marcada por varios factores: el poder de las familias burguesas, una importante industrialización y varias revueltas de carácter liberal. Los cainitas de la provincia controlan a las familias ricas y se esfuerzan en aumentar sus ingresos en todo lo posible, pero la Camarilla está al acecho e intenta desestabilizar el gobierno del Sabbat mediante movimientos populares incluso intentando un golpe durante la creación de la Primera República.Los esfuerzos de la Camarilla resultan inútiles, al menos hasta que cambian su forma de actuar y toman una postura menos agresiva; se dedican a minar el comercio de la provincia e incluso traen la filoxera para arruinar los cultivos de la vid. A final de siglo la ciudad está en clara decadencia, con necesidades de cambio y con una importante oportunidad para la Camarilla.
La Camarilla combatió al Sabbat de la ciudad con la ayuda del ejército francés, pero el enemigo no fue destruido completamente y este, como hicieran los humanos, se retiró a las zonas rurales desde las que poder planear un contrataque. El Sabbat combatió y saqueó a lo largo de la serranía bajo el nombre de bandoleros como la Bruja de Alfarnate, pero hubo un hecho que cogió por sorpresa tanto al Sabbat como a la Camarilla francesa. Un grupo de miembros de la Camarilla de origen español se levantó en armas, pero no contra el Sabbat sino contra la propia Camarilla invasora.Se produjo un hecho extraño durante este tiempo, uno que acabaría llamándose la “Extraña Alianza”. No hubo reunión, pacto o conversación alguna entre los patriotas de la Camarilla y el Sabbat, sin embargo ambos bandos luchaban contra un mismo enemigo. Hay registros de ataques a las fuerzas francesas por toda la serranía, tanto por parte de unos como de otros, a veces casi simultáneos, pero no se sabe de ningún enfrentamiento entre patriotas y Sabbat.
Finalmente las fuerzas francesas se vieron obligadas a retirarse de la provincia y con ellas los propios vástagos de la Camarilla abandonaron la ciudad, ante esto el Sabbat acudió raudo a reclamar su gobierno, con Esteban Dómez a la cabeza, restaurando de nuevo el dominio de la Secta en la provincia. Los patriotas por su parte, debido en gran medida por su escaso número, no pudieron hacer nada contra el restaurado gobierno Sabbat y se vieron obligados a seguir en la serranía, esta vez combatiendo al eterno enemigo.Tras la retirada de los franceses, Málaga está marcada por varios factores: el poder de las familias burguesas, una importante industrialización y varias revueltas de carácter liberal. Los cainitas de la provincia controlan a las familias ricas y se esfuerzan en aumentar sus ingresos en todo lo posible, pero la Camarilla está al acecho e intenta desestabilizar el gobierno del Sabbat mediante movimientos populares incluso intentando un golpe durante la creación de la Primera República.Los esfuerzos de la Camarilla resultan inútiles, al menos hasta que cambian su forma de actuar y toman una postura menos agresiva; se dedican a minar el comercio de la provincia e incluso traen la filoxera para arruinar los cultivos de la vid. A final de siglo la ciudad está en clara decadencia, con necesidades de cambio y con una importante oportunidad para la Camarilla.
Siglo de Oro y Ocupación Francesa.
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