El Elíseo estaba tranquilo aquella noche. No había celebración, nadie hablaba sobre lo que recientemente había sucedido en Torremolinos. Los vampiros paseaban por allí forzándose por ignorarse y no entran en conversaciones peligrosas en la Ciudad de los Monstruos.
De entre todas las figuras, una sobresale por altura y confianza. El Gangrel Nilo Cassanova se desliza por el mármol como si hubiera nacido con esos zapatos y hubiera aprendido andar en esos pasillos.
Se detiene a mirar una figura femenina, sentada fumando junto a una mesa de té, que lo observa aparecer. El Gangrel se sienta con elegancia desabotonándose la americana y moviendo una chaqueta de cuero de uno al otro brazo del sillón, como si fuera suya y hubiera estado esperándole allí. Después de cruzar unos saludos con la Ventrue, empieza a relatar lo sucedido en la última reunión del clan.
Extranjeros venidos de todas partes del península Ibérica se reunieron en el refugio del anfitrión en este Althingi, el Centinela Don Ricardo de Vidal , Forsti del Althing de la Meseta.
La reunión contaba con algunas caras bastante conocidas dentro de la estirpe como Xochilt, La Flor Negra; Suso Ferrer, Ancilla de Alcalá de Henares, Sosio, Sheriff de Torrevieja; Marcia, Jarl de las Linces del Sur y Dakota, Azote de Guadalajara. Así como contaba también con caras menos conocidas pero no por ello menos importantes al copresidir la reunión un Antiguo de la sangre de Ennoia, Amantis, Forsti del Althing del Sur.
Si la reunión ya estaba cargada de tensión esta se dispara al acusar la Ancilla Onna a Xochilt de haber arrasado a los neonatos del Althing del Norte por considerarlos débiles e indignos de pertenecer al clan. Ricardo de Vidal haciendo gala de su autoridad y rango aplicó la muerte definitiva a la Flor Negra sin pensárselo dos veces, dejando el corazón de la Ancilla sobre la mesa durante el resto de la reunión.
El tema a tratar en este Althingi parecía estar claro, tanto Meseta como Sur carecían de la figura de un Godi, el guía espiritual podría colaborar o incluso quién sabe, solucionar el problema que el clan atravesaba actualmente con el descontrol generalizado de los dones de Ennoia. Los aspirantes fueron claros y se les instó a que se ganasen dicho puesto en el clan de la única forma que merece la pena ganarlo, con una historia.
Mientras que Valnyx se postuló para ambos Althingi, Eleazar y Onna se ofrecieron únicamente como Godi de la Meseta, lo que fue visto como una ofensa por Amantis. Ya que Valnyx se había dedicado a humillar al clan y algunos de sus vástagos durante el Succubus Club, ningún vástago del Althing del Sur le quería como líder espiritual. Por ello, para evitar la acumulación de poder e influencia por parte de Amantis, se propone a Garduño como Godi del sur al ser considerado un Gangrel ejemplar.
Según pasaba la noche las bestias se agitan, tanto depredador encerrado en un mismo lugar puede alterar hasta al más calmado de los cazadores. Toda esta tensión culminó con la aparición de la sire de Ricardo de Vidal, la Cierva Blanca. Aterrando a todos con su poderosa presencia, incluido a su chiquillo, y haciendo que las bestias internas de los presentes se encogieran tanto que los vástagos empezaron a perder sus rasgos animales. Su mensaje antes de marcharse fue simple y claro: “Eliminando a la sangre débil, el clan sanará”.
Desde este punto la tensión termina de dispararse, se podía afilar un cuchillo con ella. Todo Gangrel, Ancilla o Neonato, miraba con desconfianza, miedo, amenaza y duda a sus semejantes. Los primeros encontronazos o desafíos no tardaron en llegar, ni siquiera los Forsti fueron capaces de imponer demasiado orden entre tanto depredador asustado y acorralado.
Esta ola de tensión tuvo como consecuencia la muerte definitiva para los pobres desdichados que no fueron capaces de imponer sus bestias por encima de las del resto de miembros de su clan, puede incluso que alguno cayera fruto de una Yihad servida en bandeja de plata por la ocasión... pero lo que sí descubrieron todos los vástagos supervivientes fue lo siguiente: Todo fue en vano, la maldición seguía dentro de ellos.
Texto: Eugenio ML
Texto: Eugenio ML
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