Metatrama Málaga. Parte 2. - Málaga Nocturna

Metatrama Málaga. Parte 2.

Metatrama II

El comienzo de una nueva era

La caída del Imperio Romano a manos de las pueblos germanas se extendió a todo el Imperio, incluyendo la península ibérica y trayendo una importante época de inestabilidad. Las ciudades de la costa fueron saqueadas, incluyendo la ciudad federal de Malaca, y la precaria situación de guerras y enfrentamientos entre las distintas tribus germanas y la población hispanoromana continuó hasta la consolidación y formación de un reino Visigodo por parte de los invasores.
A pesar de la unificación de la Península bajo el Reino Visigodo, los conflictos no cesaron. El reino estaba plagado de disputas entre distintas facciones, y  a su vez la población hispanoromana, de creencia cristiana, seguía manteniendo un cierta resistencia ante los invasores paganos. Esto plantea un mapa de inestabilidad general, muy lejos de la idea de reino unificado.
Durante uno de los frecuentes enfrentamientos internos en el Reino Visigodo, uno de los bandos, aspirante al reinado, solicitó ayuda a Bizancio que acudió con rapidez, sin embargo los bizantinos no se limitaron a prestar su ayuda sino que una vez terminado el conflicto se asentaron en la península creando la Provincia Spania que se extendía por la costa sur, incluyendo Malaca, y la costa este. La rapidez de la ocupación se basó en gran parte al buen recibimiento de la población local, ya que aún había una fuerte influencia romana, y los bizantinos, al contrario que los visigodos, profesaban el cristianismo.
Malaca, como parte de la Provincia Spania, estuvo bajo la influencia bizantina durante cincuenta años hasta que el reino visigodo, esta vez unido, y bajo la bandera de la cristiandad, se movilizó y expulsó definitivamente a los bizantinos de la península. Sin embargo los conflictos internos volverían para sentenciar el final del reino de origen germano.
Los conflictos humanos tuvieron su reflejo en el mundo de la estirpe donde Brujah, Ventrue y Lasombra se enzarzan en sus propias guerras por el dominio y los recursos humanos.

Mientras muchos Ventrue volvían a Roma en un intento de mantener su capital, Tito Publio II permaneció en Malaca. Estaba decidido a mantener la ciudad en la que tanto había invertido y que le pertenecía por derecho, pero el avance germano fue inexorable.

La ciudad fue víctima de los primeros saqueos por mar y aunque Tito Publio pudo mantener el gobierno durante un tiempo, esta situación terminó con la llegada de los visigodos y la formación de su reino.
Publio se vio obligado a dejar la ciudad quedando en manos de intrigas Brujah y Lasombra llegados con los visigodos,  que intentaban hacerse con el dominio y sus recursos. Pero el Ventrue, que había desarrollado una cierta obsesión por la ciudad de Malaca, no abandonó sin más, se refugió al este de la ciudad planeando su regreso durante años.

En su exilio, Tito Publio Abrazó a varios chiquillos entre los hispanoromanos locales que se oponían a los invasores paganos, y nombrandolos “La Guardia Malacitana”, los envió con el fin de reunir información sobre el enemigo y asestar pequeños golpes contra los visigodos y su gobierno de la región.
La llegada de los bizantinos dio a Tito Publio la oportunidad que esperaba, no tardó en unirse a los vástagos que acompañaron el movimiento bizantino compartiendo toda la información recaudada y ofreciendo toda su ayuda y la de sus chiquillos, esto se tradujo en una rápida conquista y la vuelta del domino de Malaca a las manos de Tito Publio II.

Durante la ocupación bizantina se produjo una guerra oculta entre Ventrue y Brujah que pugnaban por el gobierno de Málaga. Ambos bandos se debilitaron y sufrieron importantes bajas pero el dominio continuó siendo Ventrue, al menos durante un tiempo. Mientras Ventrue y Brujah luchaban en una guerra de desgaste los Lasombra se hicieron fuertes gracias a su intrusión en la iglesia cristiana y una vez el reino visigodo se unificó y convirtió al cristianismo el poder Magíster creció sobremanera.
Rodrigo de Emerita, Lasombra con importantes contactos en la Iglesia, llegó junto con los ejércitos visigodos dispuesto a reconquistar Málaga de manos bizantinas, mientras los Brujah se enfrentaron a él, Tito Publio optó por una estrategia distinta y con vistas a largo plazo. El Ventrue entregó el gobierno de la ciudad a Rodrigo alegando a la unidad cristiana a cambio de un pequeño dominio en la región.

El Lasombra aceptó de buena gana y Tito Publio se retiró al este de Málaga, pero sus intenciones no eran tan humildes: estaba dispuesto a recuperar la ciudad sin importar el tiempo que debiera esperar para que la oportunidad llegara de nuevo.




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