Mensaje en una Botella - Málaga Nocturna

Mensaje en una Botella




Las olas que golpean contra las rocas del espigón traen un rumor constante de peligro. La noche se funde en el negro horizonte con el agua del mar, en una noche sin luna. Una pequeña Gangrel espera paciente a sus presas.

La espuma del agua en el rompeolas revela una botella verde cuando vuelve, tapada con un corcho improvisado. La alimaña sonríe. No recordaba el tiempo en el que había visto por última vez algo así. En un  mundo digitalizado se nos había olvidado los pequeños placeres como ese. Encontrar un mensaje en una botella. Que, aunque no fuera dirigido personalmente a ella, eran las palabras de otro ser inteligente que ahora serían compartidos con ella.



Mensaje de una botella


Lo siento, Natalia. Soy yo, er Rocket. Sé que dijiste que no te hablara pero esto se me está yendo de las manos. Y aunque no me vayas a contestar, necesito decirlo.

Todo fue más o menos bien en la ciudad. Me hice Godi del Althingi del Sur, aún no sé bien cómo, pero la peña me respeta. Hasta aquí todo guay; ahora llegan los problemas. Los Cazadores están invadiendo la ciudad, lo que hice con er Wanlu pa’ na’ sirvió. Pobre chaval. No conseguí suficiente información con todo eso.

Tenías razón, los humanos son poderosos y no hay que subestimarlos pero tengo que decir que no eran simples humanos a los que nos enfrentamos la pasada noche, eran algo más.

Voy a empezar por el principio de la noche, que si no me hago un lío:



El Althing comenzó con hostilidad hacia Nilo Casanova y lo tuve que cortar rápido; había cosas más importantes de las que hablar que si alguien era tradicionalista o no. A esta gente les cuesta entender que lo importante es que somos Gangrel y que usamos cualquier método para sobrevivir pero en fin, me desvío del tema.

Aclarado ese punto decidimos que los móviles habían dejado de ser seguros y que debíamos dejar de usarlos al menos para comunicarnos entre nosotros pero claro, algunos fueron más reacios que otros a esto y hubo un poco de polémica, aunque creo que caló el mensaje. Otra cosa es que, dentro de nuestras posibilidades, debíamos dejar de ser animales de costumbres; así sería más difícil hallar un patrón en nuestros movimientos y complicaría la caza a nuestros enemigos. Lo mismo, muchas quejas. Pero en fin, ellos verán lo que hacen.

Luego pusimos unas cuantas pistas sobre la mesa: qué o quiénes eran los que nos estaban cazando, por donde podíamos empezar a buscar, cómo se organizaban, etc.

Una vez que lo expusimos todo, comenzamos la marcha en pequeños grupos.
La primera pista que seguimos era el piso de una amiguita de Nilo. No encontramos mucho la verdad, la chica era… no sé si sabes lo que es eso… ¿un personaje público?, dejémoslo ahí.




La chavala había puesto una denuncia por acoso pero no tenía ni idea de quién la estaba siguiendo ni nada, así que supusimos que probablemente eran los Cazadores para averiguar dónde estaba Nilo o algo parecido.

Al salir del piso vimos a un hombre que nos observaba desde cierta distancia. Cuando se percató de que le habíamos visto, salió corriendo. Lo perseguimos y nos llevó a los túneles del metro. Allí, en un pequeño espacio abandonado, quedó acorralado y sin salida aunque más bien parecía una trampa para nosotros.

Era un Sangre Débil, hizo un par de trucos pero no tuvo mucho éxito. Aunque la Bestia que ocultaba la siguiente puerta sí que era una amenaza. Logró invadir la mente de dos que venían conmigo. Era muy tocho el menda pero teníamos otros asuntos que tratar en ese momento, así que lo dejamos allí pero la verdad es que me preocupa bastante qué coño hace un tipo tan poderoso como ese allí.

Al final, conseguimos irnos de allí con el hombre. Intentamos sacarle toda la información que pudimos y descubrimos que era amigo de la amiga de Nilo, pero no mucho más, porque Nilo se hartó y acabó matándolo. Qué hijo de puta, mira que le dije que debería haberlo usado de cebo para descubrir a los Cazadores o algo del estilo. Nilo a veces tiene demasiado temperamento, no piensa las cosas con demasiada claridad y eso puede ser un problema.

Teníamos el cadáver allí, en mitad de un túnel de metro en obras, y no sabíamos qué hacer con él, lo acabé quemando y dejé algo de droga para que pareciera un ajuste de cuentas.

Una vez acabamos con el cuerpo salimos de allí y nos fuimos a la segunda pista: el sitio donde estaba desapareciendo la mayoría de los Gangrel en el parque Picasso, un parque que hay cerca del centro.
Cuando llegamos vimos lo típico: unos chavales haciendo botellón y poco más. Hasta que se nos acercó un viejo con una jauría de perros enorme. El viejo resultó ser un Ghoul y los perros también pero su Domitor había desaparecido y lo estaban buscando. Hetha, una Gangrel un poco rarita que venía con nosotros, se puso a hablar con los perros, a ver si sacaba algo pero eran perros y no tenían ni idea.

Al cabo de un rato empecé a notar movimientos extraños y sentí que ya había llegado la hora de irnos. Lo dije pero no me hicieron ni puto caso y al final pasó lo que pasó.

Apareció una mujer así muy potente que tenia una cara de pocos amigos que no podía con ella. Total, Nilo no tiene otra cosa que hacer que, en vez de irnos, se pone a hablar con ella, al final pues resultó ser una Cazadora (lógicamente). Pero no una tía que había dicho: «bueno, qué hago hoy, voy a cazar». No. Esta tía, telita, ¡le dio una a una a tus Chiquillas, que madre mía! ¡Pobre Rebecca! Pero es que le daba igual ocho que ochenta, ¡eh? Repartía hostias como panes la colega.

Al final conseguimos llevarla a nuestro terreno pero justo cuando la teníamos donde queríamos llegó un mini ejército de personas armadas hasta los dientes y lo siguiente que recordamos es despertarnos en una jaula en a saber dónde.

Nos habían quitado todo y no tenía con qué carajo abrir la cerradura de la celda. Así que opté por la única solución que me quedaba, me arranqué uno de mis colmillos y lo intenté usar de ganzúa para abrir la puerta. Pero el muy desgraciado se partió antes de conseguirlo y tampoco me quería quedar mellado del todo iba a parecer El Risitas. Supongo que no sabes quién es, un majara que no tenía dientes.

Al final, en lo que estoy debatiéndome entre sacarle un diente a uno de estos o quitarme el otro mío, aparecen dos pamplinas en medio de la sala.

Los convencimos para que nos dieran algo con lo que abrir la puerta o cuando llegara la policía les íbamos a acusar de cómplices de secuestro, ya que teníamos sus caras. Dudaron un momento pero se achantaron y nos dieron una navajilla de mierda que no servía ni para untar mantequilla, pero funcionó para abrir la puerta.


Cuando salimos de allí nos dimos cuenta dónde estábamos. En la puta capilla del Cristo de Mena, la puta Semana Santa y los putos legionarios. Así se están moviendo los desgraciados. Tenemos que tener mucho cuidado. Ahora te digo, por mi maldita no-vida, que a la legionaria Cazadora esa de mierda me la cargo y, hasta que no lo haga, no me dejo crecer el colmillo de nuevo.



Atte. Rocket.




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