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¿Qué somos?
"Mamá ¿así que esto es lo que se siente eh? Esto sientes cuando dejas a tus seres queridos solos."
Al menos ellos se tenían los unos a los otros. Mientras la cabeza del philodox chocaba contra el suelo de la finca recordaba uno a uno a todos sus nuevos hermanos:
"Allison, sigue iluminando los corazones de Gaia. Si pudiste con el mío, podrás con cualquiera."
"Hugo, no fue culpa tuya. Siento no haberte protegido mejor."
"Cesar, espero que consigas su amor."
"Óscar, ya sabes el plan. Demuestra a esa furia negra como se las gasta un fianna."
"Rodrigo, Antonio y Jaime, jamás seréis uno sin los otros, no os separéis, pues ahí radica la luz que portáis. Da igual lo duro que haya sido con vosotros, os quiero con toda mi alma."
"África, no he podido pasar mucho tiempo contigo, pero me has demostrado en ese poco tiempo que eres una persona maravillosa. Perdón por dejarte la tarea de cuidar a tus hermanos, pero llevas más sabiduría que esos liantes"
Philip se volvió a levantar. El monstruo se dirigía hacía la puerta. Podría haberse retirado, sin duda sus heridas se habrían curado. Pero recordó lo que le había dicho al espíritu de Pegaso esa noche. Y sabía que no le quedaba otra opción.
Porque somos Fianna.
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