Un jardín vedado

Quizá si eres religioso es distinto para ti, pero para mí la idea de la muerte siempre había sido la del final de todo. No más experiencias, no aprenderías nada nuevo y, por supuesto, olvídate de sentir nunca más. Pues bien... si eso es morir, lo que me ha pasado debe ser otra cosa.

No sé si se me eriza la piel o es tan solo un recuerdo, pero el hambre, la furia y la pasión que siento ahora son inusitados en una persona como yo. Una per… sona…

¡Y de pronto tengo toda una familia! Me llenan la cabeza de información; muchas veces no sé ni de dónde viene, me aterra y me deslumbra a la vez. Esta nueva identidad me llena de incertidumbre y me hace preguntarme quién soy.

Me estoy perdiendo dentro de mi propia cabeza, donde no paran de hablar unas voces que me cuentan historias de todo tipo, que me ayudan a conectar con los demás y me hacen sentir aún más sola.
Y, en medio de todo eso, una rosa: un camino oculto entre zarzas hacia mi nuevo mundo.

Keira